A diferencia de los tomos anteriores, este comienza a excederse en clichés y casualidades. Esta hilazón de comedia romántica y autodescubrimiento sexual no me termina de convencer por el peso de lo primero (un concepto ya muy manido) por encima de lo segundo (la parte más innovadora de la serie). Que haya tantas protagonistas con sus distintas tramas hace que no todos los capítulos fluyan como deberían por la falta de transiciones o conexiones temáticas más allá de lo obvio. Supongo que Hôngô termina siendo la más interesante porque el resto del plantel o bien cumple el estereotipo de Yamato Nadeshiko en ciernes o bien es Sugawara, que apenas tiene relevancia en la trama más allá de ser objeto de comparación entre las chicas. Por lo demás, el dibujo de Emoto se lleva la palma y me gusta la forma en que se trata la pedofilia.