Mary E. Wilkins Freeman hace estos perturbadores cuentos de fantasmas ambientados hacia el final del siglo XIX en la costa este de los Estados Unidos, con una narración envolvente y una gran ambientación, en la que no se le escapa apuntar cuestiones de clase (como los ricos venidos a menos), aunque no hay crítica, por ejemplo, a la situación de la mujer (sin que por ello sus personajes femeninos sean estereotípicos), así, por ejemplo, en al menos dos cuentos mujeres que se niegan a cumplir sus deberes son la causa de lo terrorífico.

Como en todas las antologías siempre hay relatos que gustan más que otros. No conocía a esta autora, pero me ha gustado su forma de narrar y los puntos de vista que elige para hacerlo. Historias bastante contenidas en el interior de las casas, dando un toque costumbrista y cotidiano donde se desarrollan los fenómenos paranormales, y con un fuerte protagonismo femenino.

Mayormente son historias de fantasmas al más puro estilo victoriano, excepto una, que de hecho ha sido mi historia favorita: "Luella Miller". La disfruté muchísimo (a pesar de que, en este caso, la narradora del audiolibro no me gustó). Me pareció un relato muy bueno y que me mantuvo interesada de principio a fin. No diré de qué va, y lo hago deliberadamente. Creo que es mejor no saber nada cuando se trata de relatos cortos.

En general son todas las historias más o menos de la misma calidad, el resto imagino que ya va más en gustos personales. Aparte de la mencionada, también destaco "La habitación suroeste" y, un poco menos, "El solar vacío".

Disfruté mucho estas historias de casas encantadas. Al final sí me provocan ese escalofríos de una buena historia de fantasmas.

El unico relato que realmente me ha impactado ha sido aquel que da nombre al libro. Ese relato sí me ha impactado, pero los demás... No sé, algo flojos a mi parecer. No me han entretenido ni me han dicho gran cosa. Eso sí, solo por el primer relato se merece las 3 estrellas este libro por lo menos, ese sí me ha gustado mucho.

Disfruté mucho estas historias de casas encantadas. Al final sí me provocan ese escalofríos de una buena historia de fantasmas.