Mi principal problema con las novelas de Mónica es que siempre me quedo con la sensación de que no les saca todo el partido que podría, como si se quedasen a medias. Son historias bonitas, dulces, incluso entrañables, con buenos personajes y tramas sencillas pero que captan la atención lo suficiente como para querer saber qué ocurre después. Y ahí viene el problema: que cuando ocurre, al menos yo me quedo con la sensación de "¿y eso es todo?".

Un hotel a ninguna parte me ha gustado, sí, pero desde el principio me he encontrado con un problema que ha hecho que no lo disfrute tanto como podría haberlo hecho: su formato. La historia está narrada de manera epistolar a través de correos electrónicos. Y no me entendáis mal; no hay nada de malo en ese formato, siempre y cuando tenga sentido. Y en este caso... Para mí no lo tiene. No tiene sentido que Emma, la prota, le escriba esos correos con diálogos y acotaciones a su amiga. No queda natural y entorpece la lectura. Hubiese tenido más sentido una narración en primera persona con correos electrónicos de por medio, pero que toda la novela esté narrada a través de correos... Me ha sacado muchísimo de la lectura.

Así que, en general, ésta ha sido la novela de Mónica que menos me ha gustado. Sin duda, me quedo con [b:El noviembre de Kate|30318530|El noviembre de Kate|Mónica Gutiérrez Artero|https://images.gr-assets.com/books/1464612598s/30318530.jpg|50808949], que tan especial, único y redondo me pareció. Seguramente siga leyendo novelas suyas porque me parecen entretenidas y las disfruto, pero espero que les saque más partido porque es una pena quedarse con esa sensación de que los personajes y la historia se han quedado a medias de todas las cosas buenas que podían ofrecer.