A review by axl_oswaldo
The Altar of the Dead (Dodo Press) by Henry James

4.0

[4.5/5]

¡Qué historia tan más nostálgica! Imaginen que tienen 55 años de edad, que un día de repente se enteran que su mejor amigo de la juventud ha fallecido, y que desafortunadamente no se hablaban desde muchos años atrás porque la vida, quizá algún desafortunado problema entre ustedes, los había distanciado. De repente, no sólo es la muerte de una persona querida del pasado, sino de otros seres queridos del presente que se han ido adelantando, hasta darte cuenta que los años pasan y que te estás quedando solo en este mundo.
Tal sentimiento es el que experimenta nuestro protagonista, George Stransom, en El altar de los muertos, una pequeña historia de mi autor favorito que rememora más a los vivos que a los que ya se no hallan entre nosotros.

Aunque uno podría pensar, quizá por el título de este relato, que esta es una historia gótica, estaría muy lejos de acercarse a la realidad. Nos encontramos aquí a dos personajes, quienes mantienen una estrecha relación dado un objetivo en común: mantener vivos los recuerdos de sus difuntos, a través de un altar, que de algún modo se vuelve su razón para vivir. No hay casi ningún elemento gótico en esta obra tardía de Henry James, lo cual sabemos significa la típica escritura pausada, extensa y altamente descriptiva, sino más bien una carga de sentimientos que se unen entre sí, para terminar con uno de los finales más emotivos que me he encontrado en una historia del autor.

Como mexicano y siendo El día de los muertos una de mis tradiciones favoritas —no importando el hecho de que soy ateo desde la adolescencia— por el sentido y el significado que tiene tal celebración para nosotros, no pude haber sentido una conexión más fuerte con esta obra y con sus personajes; derramé una lágrima al final, no de tristeza, sino por haber sido parte de este viaje, en el que el personaje principal intenta encontrar el sentido de la vida a través de la muerte; una combinación que podría parecer extraña, pero que eventualmente, funciona.

“—Entonces digamos que fue suyo en vida, aunque dejara de serlo durante un tiempo. Si usted le ha perdonado, es que volvió a él. Aquellos a los que se ama una vez...

—Son los que más daño pueden hacernos...”