AAAAAAAAAAHHHHHHHHGGGGGGGG ESTO FUE BUENISIMOOOO

Pero, vamos por parte.

Stella tenía 19 años cuando su hija de 1 año, Alice, desaparece de su coche. La policía concluye que la niña se ahogó en el mar. Veintiún años después, Stella volvió a hacer su vida, se casó y tuvo otro hijo, se compró una casa y trabaja de Psicóloga, hasta que, un día llega Isabelle a su consulta, una joven adulta extremadamente parecida a la niña extraviada. Ésto hará que Stella vuelva a abrir viejas heridas y haga un montón de cosas para descubrir la verdad.

Ok, al principio debo admitir que no me llamaba especialmente la atención porque sentía que ya sabía cómo acabaría todo. También tengo que decir que empecé a leerlo en un mal momento ya que estaba super atareado con la universidad, por eso me demoré tanto en terminarlo, además de que al principio sí es bastante lento. PERO NO ME ESPERABA QUE AGARRARA VUELO DE LA NADA.

La segunda mitad del libro se va como avión, pero todo es confusión hasta más adelante. Llega un punto en el que los narradores no son confiables, Stella no era confiable por el estado en el que estaba, no sabías si lo que decía era verdad o parte de su imaginación; Kerstin se contradecía a sí misma por lo que también dejó de ser creíble; e Isabelle era la única que sabías que decía la verdad, pero como no sabía bien lo que pasaba, no podía decir mucho.

Pero, cuando todo empezó a encajar quedé