Un producto artístico se gana mi corazón cuando es capaz de decir mucho recurriendo a pocos elementos. Ese es el caso de “Ghost World”, novela gráfica que, a través de diálogos rápidos y situaciones súper concretas, nos muestra el “declive” de una amistad adolescente que, hasta antes del verano en el que se ubican los hechos narrados, parecía condenada a ser eterna. Además, Clowes nos ofrece un elenco de personajes inolvidables, encabezados por una espectacular Enid Coleslaw y su “inseparable” Rebecca Doppelmeyer (gran guiño del apellido, al que suelen confundir con Doppelgänger). Por supuesto, hay secundarios que también recordaré por siempre, tales como la maravillosa Melorra y los geniales satanistas. Y si bien la novela gráfica no profundiza en los acontecimientos que motivan el crecimiento de los personajes, y, por ende, el cambio en el status quo de la amistad, tampoco se queda en la carnecita. De hecho, profundiza bastante, pero parece no hacerlo porque, al igual que sucede en la vida real, todo sucede muy rápido y, cuando te das cuenta, ya no eres el o la adolescente que pensabas que eras.