Excelente. Leí el libro el año pasado y me dejó mal cuerpo por el tema que trata y la crudeza con que lo trata. La versión en cómic tampoco da tregua: gracias a un Javi Rey en estado de gracia, con una espléndida utilización de los lápices y el color, te transporta a la aridez y al desamparo, a las pesadillas y a la pérdida de la infancia. Terrible e imprescindible a la vez.