A review by gerardo06
Bartleby y compañía by Enrique Vila-Matas

5.0

La literatura, por mucho que nos apasione negarla, permite rescatar del olvido todo eso sobre lo que la mirada contemporánea, cada día más inmoral, pretende deslizarse con la más absoluta indiferencia.

Vila Matas me ha deslumbrado. Es un libro sobre la historia de la literatura, aunque no meramente histórico. Enfocado en la premisa Bartlebiana de la novela de Herman Mellvile. Bartleby, un copista que contesta a su jefe con un lacónico "preferiría no hacerlo" cada vez que éste le pide un encargo.
En el mundo de la literatura hay muchos escritores que de un día para el otro, o por circunstancias de una tortuosa vida, dejan de escribir, sin más. Esta colección de escritores que prefieren dejar de escribir, tiene como primera historia a Juan Rulfo. Ante la pregunta insistente de su público sobre la razón que lo llevó a dejar de escribir, solía contestar: "Es que se me murió el tío Celerino, que era quien me contaba las historias."
Entre bastidores, intercalando entre una historia y otra, Vila Matas cuenta sus propias confidencias, porque él también fue parte de ese grupo del No. Fue partícipe de un silencio, o de un texto sin palabras, como lo describe él, durante muchos años. Por eso, no es solo un conjunto de historias sobre escritores que han decidido dejar de escribir. Es una declaración de primera mano de unos de los escritores más reconocidos de España, a través de notas a pie de página.

—¿Sigues escribiendo poemas de un solo verso? —le pregunté por preguntarle algo.
Pineda volvió a reírse como en los días de antaño, como un príncipe de un cuento medieval que estuviera entrando en contacto con un campesino y se esforzara por rebajarse para parecerse a éste. recuerdo muy bien que sacó de su bolsillo papel de fumar, y se puso a escribir, sin pausa alguna, un poema completo —del que curiosamente solo recuerdo el primer verso, sin duda impactante: «la estupidez no es mi fuerte»— que poco después convirtió en un cigarrillo que tranquilamente se fumó, es decir que se fumó su poema.
Cuando hubo terminado de fumárselo, me miró, sonrió y dijo:
—Lo importante es escribirlo.