Digamos que el fútbol no es lo mío, en especial cuando se habla de equipos conocidos, jugadores famosos y partidos legendarios.
Pero sí disfruto de esta clase de cuentos, que hablan de gente común que es apasionada por el deporte, que tiene sueños, que juega por pura diversión y que puede dejarlo todo por meter un gol al equipo del barrio rival.
Porque eso es este libro, salvo por contadas excepciones: historias de personas comunes que le ponen tantas ganas a lo que aman que cada jugada, aunque pase desapercibida para el mundo, vale la vida misma para ellos.
¿A quién le interesa si el arquero del equipo del barrio atajó ocho penales seguidos? ¡Ni que fuera el mundial! Bueno, a los personajes les importa, y les importa mucho. Y las emociones que ponen al contarlo hacen que al lector también le importen esas jugadas que no cambiarán la historia ni que serán recordadas por más que un par de vecinos.

El libro es muy bonito. Algunos cuentos me gustaron mucho más que otros. Hubo un par que se pasaron de técnicos para mí, o que con mis pocos conocimientos deportivos no terminé de captar. Pero, en líneas generales, recomiendo el libro para todo amante de los cuentos con palabras cargadas de emociones.

Sacheri nunca decepciona.