Esta novela no era lo que esperaba, resultó siendo muchísimo más, es realmente un elogio a la lectura, un homenaje al amor por los libros y por la lectura (dos vicios diferentes) que muchos tenemos en común.

La trama se plantea de forma muy original con un punto ideal de balance entre el realismo y la tragedia narrado como un humor inteligente y con un tono intelectual interesante.

Es una historia que se lee rápido, no se puede decir que sea precisamente ligera, pero si es muy fluida y que se deja leer bien. Empatizas al instante con el pequeño ratón que se vuelve tan inteligente que no comprende ciertas cosas y con su amigo el escritor, con el cual forjas un lazo en el que puedes hasta cuestionar los tantos prejuicios.

Firmin enfrenta su situación con ironía y humor pero el lector lo recibe con tristeza, sientes a cada página esa sensación en la que no perteneces a ningún sitio porque es incomprendido por todos, balanceándose en mundos que no encaja y a los que quiere pertenecer. “Angustioso a veces, muy triste otras, pero sin perder el afán por pertenecer al lugar al que quieres pertenecer de corazón, aun sabiendo que no pueda ser.”

Hasta la nota del autor que había al final del libro no descubrí que ciertos acontecimientos que aparecen en la novela tienen base real, por tanto en este libro también se cuentan hechos reales más allá de la ficción.

Recomendadísimo!!!