La puntuación general de este libro valorando tan solo el libro sería de un 3, pero voy a valorarlo en conjunto y como final de la tetralogía que es, lo que le sube un punto. El libro está dividido en tres partes (día 1, día 2 y día 3), y la primera parte me ha parecido fabulosa, especialmente las primeras veinte páginas que me han hecho sentir casi en mi piel la situación. Magistral la manera de narrar los acontecimientos y el atraco, nunca había leído uno así; descripción vívida donde las haya. He sentido la agonía en mi propia piel. Como siempre, las descripciones detalladas e incluso escabrosas de las situaciones son lo suyo. La segunda parte se me ha hecho algo más densa, y creo que podría haberse resumido algo más, pero como siempre, Lemaitre nos sorprende con un giro que al menos yo, no esperaba. Me dejó boquiabierta, por lo que aunque empieza algo floja, la segunda parte termina muy bien. Y aunque en la tercera hay un par de cosas que no me han quedado del todo claras o en las que creía que se podría haber indagado más, creo que ha sido una buena resolución. Además, este libro conecta con Irène, el primer libro de la tetralogía, y creo que es una bonita manera de culminar la saga, desenredando lazos que habían quedado pendientes y que tenían que resolverse ya sí o sí.

Desde luego, aunque este sea el libro que menos me ha gustado de los tres, sin contar Rosy & John, que al ser tan corto y haberse publicado en un principio en otro formato merece otra valoración aparte, la saga en general me ha parecido maravillosa, y desde luego Lemaitre se ha convertido en uno de mis escritores de cabecera sobre la novela negra, porque Vestido de novia también me gustó mucho. Esperaré lo nuevo de él del género, y mientras leeré Nos vemos allá arriba y su nueva novela. Recomendado, sin duda alguna.