Reconozco que soy un chico fácil, por lo menos en lo que se refiere a escoger un libro para leer. Una portada llamativa, una sinopsis atrayente o un titular afortunado puede ser suficiente para decidirme a leer un libro, y esto fue lo que paso en este caso. Las frases "el primer bestseller de la época moderna" y "una de las 100 mejores novelas de suspense que jamás se han escrito" me cautivaron y me decidí a leer esta novela.
No voy a decir que es una mala novela pero si es cierto que ni de lejos puede sostener las afirmaciones que se han hecho sobre ella.
Nos encontramos con una novela con un planteamiento bastante simple: un asesinato sorprendente y un falso culpable que no puede defenderse a causa de un secreto inconfesable. No me molestaría este planteamiento si no fuera porque el desarrollo de la trama es excesivamente simple y prácticamente sabes todo lo que va a ocurrir cuando apenas has leído un tercio de la novela (a pesar de que el autor se saca de la chistera un giro final, cuando menos, poco creíble).
En definitiva una novela apta para pasar el rato pero sin llegar a las pretensiones que algunos editores le han dado.