4.5, pero merece las 5, mierda.

Este libro está escrito a principios de milenio. Desde entonces hemos sido inundados por una cantidad ridícula de fantasía urbana, en todas su formas, colores y, muchas veces, repetitiva monotonía. Por eso me llama aún más la atención que Harry Dresden se me haya hecho lo original y fresco que se me hizo.

Harry es un personaje redondísimo; me encanta su torpeza, forma de vestir, sarcasmo, sentido del humor, absoluta incomprensión de lo femenino, su sentido moral... podría seguir hasta el infinito. Hasta sus micromachismos no me molestaron, y no solo por la época en que este libro fue escrito, sino porque, de alguna manera, hacían a Harry aún más real. La voz que tiene es única y fluye de manera dinámica y natural, no solo porque relata las cosas de manera entretenida, sino también porque es indiscutiblemente suya, con sus clichés, chulerías y chistes fomes incluidos. Me da lo mismo si es que el autor es así, porque se sintió como parte del personaje de Harry y para mí eso es todo lo que me importa.

Quizás el mundo en sí se nos hace tan impresionante al leerlo hoy en día, porque no muestra nada que no hayamos visto, pero no es culpa de Butcher que la fantasía urbana se haya prostituido. El universo que rodea a Harry Dresden está bien pensado, con sus reglas, limitaciones y peculiaridades bien definidas. Me gustó mucho la manera en que funciona la magia, pero me quedaron muchas interrogantes que espero se empiecen a resolver a medida que avanza la saga.

Una novela rápida de leer, entretenida, interesante y con un personaje principal que no se parece a nada de lo que he leído en mucho tiempo. No pude para de leer y me hizo agradecer la existencia de Jim Butcher; creo que no hay mejor primer acercamiento a un autor que este.

A+, recomendaría 100% leer.