Es alucinante la cantidad de cosas de las que uno se puede olvidar.

El tercer volumen de la saga es un mamotreto de más de 1200 páginas, y me había olvidado de más de la mitad de todo lo que pasa. Batallas enteras y decisivas. Personajes que alcanzan la gloria. Personajes que mueren. No me acordaba de nada, ha sido casi como leerlo de nuevo.

Es alucinante.

En todo caso: el nivel sigue altísimo, y la imaginería de Martin sigue potente en este libro. Los Otros se quitan la careta y avanzan desde el norte, la guerra casi parece que se ha resuelto porque lo imposible sucede otra vez y esos personajes que pensabas protagonistas y no lo son mueren, horriblemente, todos ellos, o casi todos ellos. Uno muere cagando en el retrete. No sé si me explico.

Hasta aquí, y a estas alturas de la saga, el nivel sigue altísimo. Aún no se ha producido la supuesta bajada de calidad que ha hecho a algunas personas que conozco dejarlo en el 4º. Pronto lo veremos. De momento, el nivel es, sencillamente, excelente, y la obra de Martin sigue siendo hasta aquí un clásico.