Un libro sólido, con una trama entretenida y una protagonista muy compleja, pero lamentablemente no lo disfruté tanto. ¿Por qué? Básicamente, todo es culpa de la serie. Ella fue la razón por la que quise leer esta novela, sí, pero también es la culpable de que no la haya gozado como debía.

La verdad es que no hay diferencias sustanciales entre el libro y la serie; esta última toma la trama casi íntegramente, diálogos enteros e incluso algunos detalles EXTREMADAMENTE random–que me hicieron apreciar al director un 200% más, pero eso no va al caso. La cosa es que son casi lo mismo, entonces leer The Queen's Gambit para mí fue revisitar la serie que tanto amé, pero sin la mitad de la magia. Porque es impresionante cómo le dieron vida en la pantalla a Beth y sus dramas. Entre la maravilla de actores (sobre todo el amor de mi vida, Anya Taylor-Joy), el vestuario y cómo grabaron todo, la serie le otorga un alma a la historia que el libro simplemente no le pudo otorgar. Y eso hizo que me decepcionara bastante.

No es culpa del señor autor, claramente, sino mía y de mis expectativas. Después de todo, hay que darle el mérito de haber creado esta novela tan original y hacer que una trama que da vueltas alrededor del ajedrez sea entretenida. Sin embargo, siento que teniendo una serie tan espectacular como The Queen's Gambit, el libro paso un poquito a segundo plano... Igual les recomiendo leerlo antes de ver la serie, pero solo si tienen tiempo; sino, métanse de una a Netflix y maratonéenla, que es una de las cosas más espectaculares que he visto en mucho tiempo.