Cuando leí la sinopsis, nunca me imaginé que la historia podría tratarse de lo que realmente trataba. Una persona muerta que lucha por mantener un vínculo con su hija, en un mundo entre el más allá y la vida.
Entré al libro esperando algo normal, y me sorprendió. Pero de una buena forma. Creo que eso podría ser perjudicial para alguien que estaba buscando un tipo de historia más realista, pero aún así me gustó llevarme la sorpresa de encontrarme con algo inesperado.

Si bien es de lectura fácil y rápida, creo que es bueno ir leyéndolo a su tiempo porque es una linda historia y merece ser disfrutada como se debe.

La historia es bastante trágica y triste. Ella, a sus seis años de edad ha perdido, primero a su madre, y luego a su padre; y ha quedado a cargo de sus abuelos, que tampoco son las personas más ideales para cuidarla (aunque admiro mucho a la abuela o madre de Will, mas que nada su fortaleza y entereza ante tanta desgracia).

Es desesperante, pero intrigante a la vez, ver cómo ya desde el primer capítulo Will, padre de Ella, está muerto, y cómo él, a lo largo de la historia, hace todo lo que está a su alcance para comunicarse con su pequeña, conociendo y afrontando las consecuencias.

Hablando del protagonista, hubo actitudes de su parte que me hicieron detestarlo un poco (era bastante malhumorado, impulsivo y tenía un carácter muy fuerte), pero sacando de lado eso, me pareció conmovedor su principal motivo por el cuál seguía atrapado en esa realidad "espiritual", sin tomar una decisión.

Otro punto que me pareció interesante, fue cómo a lo largo de la trama se iban revelando secretos o aspectos que hacían un poco más complicada la toma de decisiones de Will; creo que eso era lo que me tenía más a la expectativa de querer saber cuál sería su veredicto final.

Me hubiese gustado conocer un poco más de la historia de Alice, pero acepto que quizá lo que contó fue lo justo y necesario. Puede que si se hubiese explayado un poco más, podría haber resultado innecesario.

En cuanto a lo emocional, la parte del funeral me ha hecho largar algún par de lagrimas, y otras escenas me han puesto las emociones a flor de piel. El libro me ha hecho llorar, como también me ha hecho enojar, emocionarme y sentir alegría, entre otros. Sin dudas ha sido un revoltijo de sentimientos.

Con respecto al final, es triste ver cómo él renuncia a todo para que todo siga el curso natural que le corresponda, y para que su hija no dependa de él para su felicidad. Sin embargo, no sé si era lo que estaba esperando.
Sin embargo me pareció que en sí la historia está bien contada y que vale la pena leerla.