Da gusto leer a esta señora, de verdad. También a su traductora, Márgara Averbach. 

Está antología, además de ser fantástica, tiene un relato en el que Bujold se aleja de su tono habitual en la saga, por mucho que no deje de ser inteligente y sardónica. «Las montañas de la aflicción» es una historia redonda, contada de una manera que hace pensar que será parte del canon de la ciencia ficción, de esas historias que son esenciales. 

«Laberinto» trata el tema de las modificaciones genéticas y nos acostumbra de nuevo a los embrollos en los que mete Miles, con una crítica al racismo imperante en la sociedad de Jackson's Whole, y en la nuestra.

«Fronteras del infinito» finiquita esta antología haciendo una reflexión sobre el sistema carcelario como centro de disciplinamiento y humillación, y sobre la organización de los presos para conseguir mejores condiciones al tiempo que revela sus disputas internas.

Todo esto aderezado con unos interludios que tienen como personajes principales a un viejo conocido, Simon Illyan, y la pentarrápida.