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A review by schwarzer_elch
Claus y Lucas by Ágota Kristóf
5.0
“Claus y Lucas” resultó ser mucho mejor de lo que esperaba. A través de una serie de recursos y trucos narrativos, Kristof nos ofrece una mirada tan cruda como sincera del impacto de la guerra en las vidas de las personas, así como un juego psicológico que me mantuvo expectante en todo momento. Al leer este libro hay que fijarse muchísimo en cada detalle, todo suma, todo construye, todo confunde y eso me encantó. Definitivamente, lo leería otra vez con la finalidad de volver a encontrarme con los detalles que se me escaparon y, sobre todo, con aquellos que, ahora, veré desde otra perspectiva.
Lo bueno de esta edición, que contiene los tres textos de la autora, es que nos permite ver y comparar las diferentes estructuras que maneja Kristof al momento de desarrollar la historia de los gemelos que le dan nombre a este libro. En ese sentido, mi favorito fue el primero de ellos (El gran cuaderno), pues recurre a redacciones breves y concretas que resultan agudas y estremecedoras. La prueba, en cambio, fue el que menos me cautivó. Sí, me gustó mucho, pero no tanto como los otros dos.
Durante toda la lectura, sentía cómo se me estrujaba el corazón. Esa misma sensación la sentí al leer otros dos libros que tienen son protagonizados por niños en la Segunda Guerra Mundial: [b:El tambor de hojalata|1536736|El tambor de hojalata|Günter Grass|https://i.gr-assets.com/images/S/compressed.photo.goodreads.com/books/1266827521l/1536736._SY75_.jpg|922581] de [a:Günter Grass|749461|Günter Grass|https://images.gr-assets.com/authors/1328697752p2/749461.jpg] y [b:Max|28514271|Max|Sarah Cohen-Scali|https://i.gr-assets.com/images/S/compressed.photo.goodreads.com/books/1453061657l/28514271._SX50_.jpg|21484487] de [a:Sarah Cohen-Scali|898367|Sarah Cohen-Scali|https://s.gr-assets.com/assets/nophoto/user/u_50x66-632230dc9882b4352d753eedf9396530.png]. Leerlos fue, simplemente, desesperanzador.
Finalmente, dos personajes que siempre recordaré son la abuela y Matthias. A ella porque nos ofrece una mirada humana del monstruo. Se nos muestra su dolor, pero, también, su lealtad. Siempre he dicho que el amor, por muy sincero que sea, no es suficiente. La abuela fue genuinamente leal y, esa, es quizás la forma más inquebrantable de amar. Por su parte, Matthias representa a todos aquellos que sufren por la guerra, por el abandono, por el bullying, por ser diferentes, etc. Su historia me partió el corazón, pues su dolor se me hizo inherente a su existencia, a quien él era (o es, aún, en las páginas del libro) y eso me conmovió muchísimo.
Mi yo lector ha disfrutado muchísimo de esta lectura. Mi yo empático, no tanto, pero el lector le agradece por eso.
Lo bueno de esta edición, que contiene los tres textos de la autora, es que nos permite ver y comparar las diferentes estructuras que maneja Kristof al momento de desarrollar la historia de los gemelos que le dan nombre a este libro. En ese sentido, mi favorito fue el primero de ellos (El gran cuaderno), pues recurre a redacciones breves y concretas que resultan agudas y estremecedoras. La prueba, en cambio, fue el que menos me cautivó. Sí, me gustó mucho, pero no tanto como los otros dos.
Durante toda la lectura, sentía cómo se me estrujaba el corazón. Esa misma sensación la sentí al leer otros dos libros que tienen son protagonizados por niños en la Segunda Guerra Mundial: [b:El tambor de hojalata|1536736|El tambor de hojalata|Günter Grass|https://i.gr-assets.com/images/S/compressed.photo.goodreads.com/books/1266827521l/1536736._SY75_.jpg|922581] de [a:Günter Grass|749461|Günter Grass|https://images.gr-assets.com/authors/1328697752p2/749461.jpg] y [b:Max|28514271|Max|Sarah Cohen-Scali|https://i.gr-assets.com/images/S/compressed.photo.goodreads.com/books/1453061657l/28514271._SX50_.jpg|21484487] de [a:Sarah Cohen-Scali|898367|Sarah Cohen-Scali|https://s.gr-assets.com/assets/nophoto/user/u_50x66-632230dc9882b4352d753eedf9396530.png]. Leerlos fue, simplemente, desesperanzador.
Finalmente, dos personajes que siempre recordaré son la abuela y Matthias. A ella porque nos ofrece una mirada humana del monstruo. Se nos muestra su dolor, pero, también, su lealtad. Siempre he dicho que el amor, por muy sincero que sea, no es suficiente. La abuela fue genuinamente leal y, esa, es quizás la forma más inquebrantable de amar. Por su parte, Matthias representa a todos aquellos que sufren por la guerra, por el abandono, por el bullying, por ser diferentes, etc. Su historia me partió el corazón, pues su dolor se me hizo inherente a su existencia, a quien él era (o es, aún, en las páginas del libro) y eso me conmovió muchísimo.
Mi yo lector ha disfrutado muchísimo de esta lectura. Mi yo empático, no tanto, pero el lector le agradece por eso.