Kapuściński crea en este libro un retrato heterogéneo sobre un hecho de consecuencias palpables hasta hoy: La caída de la monarquía en Irán, con el consiguiente ascenso al poder de los ayatollahs teocráticos. Ágil y certero, vaga por la sociedad iraní en su conjunto en busca de respuestas a la caída de una monarquía milenaria y rica, de afán aparentemente modernizador; pero que escondía tal red de corruptela y violencia que creó la alienación que alimentó su fin. Una vívida reconstrucción de qué y cómo llega un pueblo a protagonizar sangrientas manifestaciones y marchas para cambiarlo todo... sin cambiar nada en el fondo. Un imprescindible, uno más, del autor polaco.