Este es mi tercer libro de la maestra Georgette Heyer y, por alguna alineación estelar, siento que los leí en el orden perfecto. Frederica nos trae una heroína de la Regencia poco convencional como la de Black Sheep, pero esta vez la mezcla con la alta sociedad londinense. Esto no solo resulta en un escenario extremadamente interesante, pero también en que tenemos un cast e n o r m e. Y con varios individuos que brillan casi más fuerte que nuestros protagonistas.

El tener tantos personajes secundarios prominentes puede ser una bendición o terminar bastante mal, y aquí creo que tuvimos una mezcla de los dos. Por un lado, gocé con los hermanos chicos de Frederica y las cagadas varias que se mandaron; es raro ver niños en este tipo de libros y menos que los dejen ser niños. Y estos cabros de mierda además de todo eran adorables. Otra cosa que me encantó fueron los pequeños atisbos que tuvimos de los sirvientes y otras personas de menor consecuencia; Heyer hizo un excelente trabajo en llevar a la vida el mundo de esa época. Muchas veces las personas de clase social más baja terminan siendo casi parte del mobiliario en estos libros; no fue el caso en esta historia y me gustó un montón.

Y ahora con lo malo. Como dije, tener un cast extensivo puede traer problemas, y creo que Frederica sufrió de varios. Primero, la absoluta confusión que sentí al principio por la cantidad de nombres que tiraban de arriba a abajo. Me hablaban como de tres Lady esto y Mr aquello, y sentía que mi cerebro no procesaba nada. Por algo dije que esta novela en específico no era la mejor para empezar con Heyer; para alguien que nunca ha leído algo parecido puede parecer excesivamente enredada. El segundo problema viene porque, cuando hay muchos personajes, generalmente hay unos más interesantes que otros, y en este caso hubo una línea argumental que me hacía rodar los ojos cada vez que aparecía. Hay tres personajes que odié con toda la fuerza de mi alma (Harry, Charis desde la segunda mitad del libro, y el aweonado del heredero de Alverton), no solo por su falta de cerebro y egocentrismo, sino porque los otros personajes les perdonaban todo—cuando lo que yo quería era ahorcarlos uno a uno o, al menos, que sufrieran una humillación pública o ALGO.

Pero bueno, eso fue lo principal que me llamó la atención del libro y también la razón por la que le desconté una estrella. En lo demás, puro goce. AMÉ la pareja, sobre todo AMÉ a Alverton y todo el proceso de derretimiento de su frío corazón, AMÉ la dinámica entre Frederica y sus hermanos menores, AMÉ literal cada momento en que Alverton tenía un sentimiento. Al final, lo pasé increíble; este libro ha asentado a Georgette Heyer como mi nueva go-to para todo lo que es romance de la Regencia, NO ACEPTO SUSTITUTOS!